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Carmela, la escultura con rostro mitad niña, mitad adolescente, situada junto a la fachada principal del Palau de la Música desde abril de 2016 es minúscula con sus 4,5 metros de altura comparada con los 24 metros de Carlota, la enorme escultura de resina de poliéster y polvo de mármol blanco que acaba de inaugurar Jaume Plensa (Barcelona, 66 años) como parte principal de la instalación El alma del agua, en el nuevo paseo fluvial de Nueva Jersey, frente de Manhattan (Nueva York). La nueva escultura fulmina el particular récord del escultor, que obra tras obra parece superar en altura a las anteriores figuras femeninas que respiran tranquilidad y sosiego y, en el caso de la de Nueva York, piden silencio, tan necesario en las grandes urbes.

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