La cabezonería de Zidane vuelve a hacer de las suyas: se ‘carga’ al hombre clave del Madrid de las tres Champions

El considerado por todos como hombre clave de los éxitos del Real Madrid durante los primeros dos años y medio de Zinedine Zidane en el cargo de entrenador de la primera plantilla, Antonio Pintus, dejará el club este verano para marcharse al Inter de Milán.

El preparador físico italiano era un hombre de máxima confianza de Zizou, que trabajó con él en su etapa de jugador de la Juventus, a las órdenes de Marcelo Lippi, y pudo comprobar en sus propias carnes los beneficios de su método en una plantilla exigida al máximo durante todo un año competitivo.

Por eso confió en él nada más agarrar las riendas del primer equipo y, de su mano, conquistó el primer doblete de Liga y Champions League del club en más de cincuenta años.

Sin embargo, el verano pasado cuando Zidane decidió dejar el Real Madrid, Pintus prefirió agarrarse a su contrato y no marcharse con su amigo. El francés tomó esta decisión como un desplante en toda regla, más aún cuando Julen Lopetegui incorporó a su propio preparador físico y alejó a Pintus del día a día de la primera plantilla.

Santiago Solari volvió a contar con el italiano, algo que celebró el primer equipo, que estaba muy contento con el trabajo en las dos temporadas anteriores del ex del Olympique de Lyon, entre otros. Cuando Zidane volvió al equipo blanco para intentar reconducir una aciaga temporada, volvió a formar tándem con el italiano, pero ya nada era lo mismo.

El buen feeling de antaño se había roto y de cara a la nueva temporada Zinedine Zidane había decidido no contar con Pintus como encargado de la parcela física del equipo. El de Turín se marchará al Inter de la mano de Antonio Conte, otro ex jugador de la Juventus que estuvo a sus órdenes y que ahora quiere contar con sus servicios.

La decisión de Zidane pasa por ser la última de sus cabezonerías, pues desde que ha vuelto al club son muchas voces internas las que comentan que poco queda de aquel hombre de sonrisa perenne, conciliador y dialogante, que trajo la “feliZidane” al equipo. Ahora, el francés se está mostrando seco y severo en sus decisiones, algunas complicadas de entender y, según se comenta, en ningún momento está aceptando injerencias en sus plateamientos.

De momento, el francés ha decidido ceder a Sergio Reguilón, tras un gran año como lateral izquierdo, para dar via libre a Marcelo y —además— fichar a Ferland Mendy, una de sus peticiones al club. Nadie entiende el por qué de su falta de química con el lateral, pero Zizou no ha dado su brazo a torcer.

Lo mismo se puede decir de su decisión de prescindir de Marco Llorente en el mediocampo. Es un hombre de club, con sangre madridista en sus venas, que ya el año pasado demostró que podía incluso poner en aprietos a Casemiro si tenía continuidad. Pero la vuelta de Zidane le ha cerrado todas las puertas. Ya tuvo sus más y sus menos con el francés en el Castilla y en su vuelta al club tras brillar en el Alavés fue el jugador menos utilizado del plantel. Las malas lenguas hablan de una terrible enemistad del canterano con Luca y Enzo Zidane, pero sea como fuere, lo cierto es que papá Zidane no ha querido ni siquiera sentarse a escuchar a los que aseguran que el club no debería perder un valor de futuro tan importante como Llorente.

Justamente Luca Zidane, su segundo hijo, es otro de los que está en el ajo con las decisiones comprometidas de su padre. Sin comerlo ni beberlo, el chico pasó de ser suplente en el Castilla a verse de titular ante el Huesca en el Bernabéu el año pasado cuando volvió Zizou al banquillo. Para la temporada que viene, parece que tiene muchas papeletas de ser el portero suplente, aunque el gran verano que está haciendo Andriy Lunin con Ucrania (finalista del Mundial Sub-20), podría cambiar esa situación.