Spread the love

Las ejecuciones y las amputaciones de miembros vuelven a aparecer en la agenda del segundo periodo de la dictadura talibán, que está dando sus primeros pasos en Kabul. Hay una salvedad: que posiblemente esos castigos no vayan a convertirse en un macabro show como a veces ocurría en su primer mandato con el objeto de dar ejemplo e imponer su autoridad a sangre y fuego. Así lo ha reconocido el flamante ministro de Prisiones, el mulá Nooruddin Turabi, en una entrevista concedida en Kabul a una reportera de la agencia estadounidense Associated Press. Ejecuciones y cortes de manos, sí; con público, ya no lo tiene tan claro. “Cortar las manos es muy necesario por seguridad”, dijo Turabi, que está considerado uno de los representantes del ala más dura, radical y recalcitrante de los talibanes. Fue, además, miembro del Ejecutivo que detentó ya el poder al Afganistán entre 1996 y 2001 que está sirviendo como vara de medir estas primeras semanas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *